viernes, 24 de agosto de 2012

Inseguridad: Operaciones políticas sobre el dolor de la gente


Por Omar Dalponte*

 nuevospropositos@hotmail.com 


  Que en Lanús, de tanto en tanto, cada vez con mayor frecuencia, haya un asesinato que conmueva profundamente a todo un barrio y por ende a toda la ciudad merece, para quien escribe esta columna, más de una lectura. 
  No es que uno pretenda negar el estado de inseguridad que por diversas razones padecemos los argentinos como la padecen tantísimos países en el mundo. Tampoco queremos decir que lo que ocurre en nuestro distrito es muy diferente a lo que acontece en otras localidades del conurbano bonaerense. Pero resulta por lo menos llamativo que mientras los familiares de las 

víctimas, en medio de su intenso dolor reconocen que las autoridades locales les hacen llegar su solidaridad, haya quienes de una u otra manera se las ingenian para producir actos contrarios a la administración municipal. 
  Nadie pretende -y esto que quede absolutamente claro- censurar las movilizaciones populares en defensa de la seguridad ciudadana. Es más: estas movilizaciones son necesarias y seguramente tendrían mayor efecto si se realizaran de común acuerdo con todas las expresiones políticas, sociales, religiosas y con la participación del jefe comunal que -sin ninguna duda- es un hombre con gran sensibilidad ante los problemas que afectan la tranquilidad de los vecinos. 
  De esto podemos dar testimonio quienes trabajamos por los derechos humanos no desde ahora sino desde siempre. Desde el comienzo de su gestión el Dr. Darío Díaz Pérez brindó no pocos esfuerzos en el trabajo por la verdad, la memoria y la justicia. Tampoco dejó de preocuparse por dotar al municipio, en la medida de sus posibilidades, de los recursos materiales para mejorar la seguridad en nuestra ciudad. 
  También es bueno señalar que si bien las autoridades municipales no deben mirar para los costados en estos temas tan importantes, no es función específica de los intendentes la prevención y represión de los delitos que, desgraciadamente, se producen en toda nuestra geografía con un salvajismo mayúsculo. 
 Cortando el tránsito y quemando cubiertas frente al edificio municipal no se arregla el tema de la inseguridad. Probablemente estas cosas sirvan para fines que poco tienen que ver con los problemas que -repetimos- 
existen, afectan y lastiman a nuestra sociedad. Pero no para resolverlos inteligentemente con la participación ciudadana que, en estos casos, debe orientarse hacia una labor conjunta con el gobierno municipal que indudablemente tiene las mismas preocupaciones. 
  Ya en varias oportunidades hemos advertido que entre el vecindario, justamente conmovido, dolorido e indignado, se encontraban algunos personajes emparentados con lo peor de la política y relacionados con cierta dirigencia que se dice peronista y también del no peronismo que, en su momento estuvo estrechamente ligada a figuras sospechadas de actividades delincuenciales y los adoradores de las dictaduras militares. Además no faltaron algunas caras que en determinadas épocas intercambiaron amores con distintas variantes del “carapintadismo” militar. 
   Así es que montados en hechos trágicos hay individuos que pretenden aprovechar la situación para provocar manifestaciones contrarias al gobierno municipal creando desórdenes que en nada ayudan y sí perjudican enormemente cuando se interrumpe el tránsito de vehículos en horas pico sobre avenidas 
de gran circulación. 
  Estos procedimientos deleznables están claramente impregnados con métodos de operación política en un territorio -el nuestro- que pasó del conservadurismo a una administración jugada a favor de los Derechos Humanos que, a la vez, procura llevar adelante, enfrentando miles de dificultades, una acción de gobierno encaminada a elevar a nuestra ciudad al nivel que merecemos. En el “arte” de poner palos en las ruedas no hay casualidades; aquí somos muchos los que no estamos en el abc de la política y sabemos muy bien que en la medida que se aproxima un año electoral se tratará de crear miles de inconvenientes para perjudicar a la actual gestión del Frente para la Victoria en Lanús. 
  Evidentemente, contra quienes no tienen escrúpulos y se sienten impotentes para competir dentro de las reglas del sistema democrático habrá que llevar a la práctica respuestas claras. Pero sobre todo señalamos a las organizaciones del peronismo kirchnerista, y especialmente a los funcionarios oficialistas, que no vivimos tiempos propicios para eludir definiciones.  Si formamos parte de una gestión hay que defenderla con eficiencia, mucha creatividad y fundamentalmente con mucho trabajo. También con mucha verdad y coraje. 
Expresamos nuestra más profunda solidaridad hacia quienes padecen el dolor que les causaron los criminales cuya detención y penas correspondientes es una deuda que la policía y la justicia tienen con nuestra sociedad.   Las fuerzas de seguridad están obligadas a esclarecer todos y cada uno de estos asesinatos que enlutan a la ciudad de Lanús. El gobierno municipal debe seguir ayudando - tal como lo hace- dentro del marco de sus deberes y obligaciones, a prevenir el delito y contribuir a preservar la tranquilidad de los vecinos. Por nuestra parte, todos debemos estar atentos y manifestar nuestro más enérgico repudio a la acción de grupos que utilizando los recursos más despreciables procuran crear un clima de ofuscamiento enancados en la desgracia de alguna de nuestras familias. 
   Aquellos que no estén conformes con el gobierno municipal tiene la oportunidad de manifestarse civilizadamente utilizando todos los dispositivos democráticos que no son pocos. Lo que es condenable y no se puede permitir de ninguna manera es que algunos lobos disfrazados con piel de cordero quieran sacar tajada sobre las lágrimas y la aflicción de gente que no tiene consuelo. 
  (*) Dirigente de Iniciativa Socialista