domingo, 12 de agosto de 2012

Todo está igual, nada ha cambiado



Por Omar Dalponte*

nuevospropositos@hotmail.com  

En materia periodística, sin algo sustancioso que nos llame poderosamente la atención, estos días -para usar una frase de la jerga periodística- son bastante “mortadela”. La información, casi siempre malintencionada, especialmente la emitida por determinados canales de televisión, muestra preferentemente las caras feas de la actualidad y con la “peor onda” son destacadas sobre las demás. Con esta dosis de mala leche registran cuanto desastre, robo o asesinato ocurre aquí o en cualquier parte del mundo, desde el más insignificante hasta el más estremecedor y que, repetido hasta el cansancio, todas las horas del día, lo hacen sentir a uno como habitando sobre las 

brasas mejor encendidas del infierno. 
Paralelamente nos atormentan con temas intrascendentes, taladrándonos los oídos y la vista sin descansar un minuto. Entonces, los artífices del todo vale presentan como un drama nacional historias de tipos como Marcelo Tinelli, quien le choreó la mina a un amigo presentándose él mismo como el paradigma del tipo piola con guita que convirtió al otro en el máximo cornudo estrella del ambiente artístico. Sumadas a estas noticias “relevantes” por ahí aparece la que nos cuenta como la veterana Moria Casán, cuya decadencia es más que notable, representa la mejor imagen para interpretar aquel tema del inolvidable Discépolo, cuyo título “Chorra” y la historia que cuenta en tres minutos este viejo tango, le calza al dedillo a la anciana de carnes abundantes y cerebro de mosquito. Todo bien, mucha cháchara, pero las joyas que dicen que ella, y los aprendices de Corleone que la rodean le birlaron a un paraguayo desprevenido, no aparecen.Con semejante papelón esta “artista” de cuarta parece que anduvo en busca de el oro olímpíco y concretamente lo logró en forma de gargantilla, aros y pulseras. 
Por el lado de la política nada nuevo bajo el sol. El gobierno nacional sigue siendo el propietario de todas las iniciativas y les gana en creatividad a todos los de la vereda de enfrente. No pasa día sin que haya algún anuncio respecto a la aplicación de medidas que, en todos los casos, tienen que ver con el avance hacia un futuro mejor y la consolidación de un modelo que, por lo visto y lo que parece, no tiene vuelta atrás. 
Contra todos los vientos que soplan los pronosticadores de males, aprovechando lo disponible para comunicar, la presidenta vapulea, utilizando diferentes estilos, a quienes no tiene otro argumento que la mentira. O los reta o los “carga” con un gracejo que, a esta altura, ya le están envidiando los mejores guionistas. Esto no es novedad respecto a los recursos verbales de las grandes figuras del peronismo. No hay que olvidar que el gran maestro de las “gastadas” fue el propio Perón. Alguna vez, uno de tantos dictadores que pretendió torearlo - el general Agustín Lanusse- amenazó al General diciendo que los militares no tenían las armas de adorno. Perón le respondió que efectivamente era así, pues las utilizaban para masacrar al pueblo. Pero también era evidente - y no menos cierto- que lo que tenían de adorno era la cabeza. De estas respuestas del peronismo a los insidiosos y prepotentes hay a montones. Siempre fueron lapidarias por su contundencia y generalmente, los destinatarios de esos dardos, salieron bastante maltrechos de estos duelos. 
Por ahora, por más que algunos se empecinen en vaticinar desgracias, bombardear mediáticamente con cuanta “pálida” anda suelta y en querer hacer creer que alguna llovizna es un tornado, la realidad demuestra que somos un país en marcha, en crecimiento y que el afianzamiento de la democracia es -por fortuna- un hecho indiscutible. 
  (*) Dirigente de Iniciativa Socialista