
Cuando el policía advirtió el asalto, no dudó, sacó su arma y dio la voz de alto. De inmediato se desató un infernal tiroteo, en medio del terror de las cuarenta personas -entre clientes y empleados- que ocupaban el local, minutos antes de las 19:00 de ayer.
El policía cayó muerto al lado de las cajas, pero antes acertó a dos delincuentes, uno de los cuales cayó a las puertas del negocio y el otro alcanzó a huir con un tercero en un auto pero a las tres cuadras chocó contra una columna y falleció al volante. Su cómplice escapó. También quedó malherido en el local, el subgerente de esa sucursal de Plaza Vea, a quien hoy lo habían estabilizado, de un tiro en el pecho.
El relato de uno de los empleados del super, hoy, en una radio, ponía los pelos de punta: Dijo que el ladrón herido, no fue atendido por el personal sanitario que asistió al lugar del hecho.