por Alejandro Chitrangulo
Gracias a los avances científicos en medicina y salud pública, los seres humanos hemos extendido nuestra expectativa de vida a mas de 75 años. En nuestro país la expectativa para hombres en promedio llega a los 73,9 años y en las mujeres a 80,54 años. Promediando 77,14 para toda la población. En el mundo el país con mayor expectativa de años de vida al nacer es el Principado de Monaco con un promedio de 98,68 años. A finales del siglo XIX la mayor expectativa en el mundo llegaba a los 48 años, mientras que a finales del siglo XX ya llegaba a 78 años. En solo 100 años la ciencia prolongo 30 años la vida de las personas. Mente lúcida
Las estadísticas demuestran que ahora vivir mas es posible, pero la cuestión es cómo llegar con la mente lúcida. Hoy una gran variedad de estudios médicos y científicos nos ayudan a comprender e implementar hábitos y costumbres que nos darán la posibilidad de llegar a la vejez con todas nuestras facultades mentales.
Un estudio realizado por Paul Thompson, investigador de la Universidad de California, publicado en la revista Human Brain Mapping, apunta a que la obesidad puede reducir el tamaño del cerebro en los ancianos, haciéndolos más vulnerables a la demencia. Tras analizar a 94 sujetos que superaban los setenta años de edad, Thompson observó que el cerebro de los obesos parecía 16 años más “viejos” que el de sus compañeros más delgados. Sus resultados indican que los ancianos con mayor índice de masa corporal (IMC) tienen también un cerebro más pequeño, en concreto un 8% más reducido que el de sujetos con un peso normal. Y que la pérdida de masa cerebral se produce fundamentalmente en el lóbulo temporal y el lóbulo frontal, con un importante papel en la planificación y la memoria, respectivamente. Thompson sugiere que a medida que aumenta la grasa corporal es más probable que existan arterias obstruidas, lo que reduce la llegada de oxígeno y sangre a las
neuronas del cerebro. La buena noticia, añade, es que hacer ejercicio intenso puede “salvar” la misma cantidad de tejido cerebral que se pierde a causa de la obesidad.
Un equipo de investigadores italianos de la Universidad del Sagrado Corazón en Roma ha descubierto una molécula llamada CREB1 que se activa en el cerebro de ratones sometidos a una dieta baja en calorías. La molécula activa a su vez genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro. En el estudio los animales solo pueden comer un 70% de lo que ingieren normalmente. En estas condiciones, los ratones no sufren ni obesidad ni diabetes, tienen un mayor rendimiento cognitivo y mejor memoria, aumentan su capacidad de aprendizaje y son menos agresivos. Tampoco desarrollan alzhéimer a edades avanzadas o lo hacen con síntomas menos severos que los que se alimentan de manera normal. “Hay una relación entre las enfermedades metabólicas y el declive en las capacidades cognitivas”. Hoy que ya se ha identificado al mediador clave de los efectos de la dieta sobre el cerebro la tarea es desarrollar un fármaco que imite los efectos, concluyen los científicos.
Facebook ayuda al cerebro
El número de amigos que tenemos en la red social Facebook es proporcional al tamaño de ciertas regiones de nuestro cerebro. Así se deduce de un estudio realizado por científicos del Instituto de Neurociencias Cognitivas del University College de Londres (Reino Unido), que escanearon el cerebro de 125 estudiantes universitarios usuarios de Facebook y compararon los resultados con el tamaño de sus grupos de amigos, tanto en la red social como en el mundo real. Por término medio los participantes tenían 300 amigos, si bien los más “conectados” abarcaban hasta 1.000 contactos diferentes en su red.
Los resultados mostraron que cuanto mayor es el número de contactos que tiene una persona en Facebook, mayor es el volumen de materia gris en cuatro regiones del cerebro, entre ellas la amígdala, asociada a la respuesta emocional y a la memoria, así como otras zonas clave para identificar las señales que se producen durante la comunicación con otras personas.
La vitamina B12 ayuda al cerebro
El pescado, la carne, la leche y los huevos son las principales fuentes de vitamina B12, también conocida como cobalamina. Una falta de esta sustancia en la dieta puede hacer que el cerebro pierda células cerebrales y desarrolle problemas cognitivos, según un estudio publicado en Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología.
En la investigación participaron 121 personas mayores de 65 años a las que se midieron los niveles de vitamina B12 y los metabolitos que pueden indicar una deficiencia de vitamina B12. Los participantes también pasaron por pruebas de memoria y otras habilidades cognitivas. Cuatro años y medio más tarde, imágenes por resonancia magnética de los cerebros de los sujetos midieron el volumen cerebral total y otros signos de daño cerebral. De este modo los científicos comprobaron que niveles altos de los marcadores de deficiencia de vitamina B12 estaban asociados a menores puntuaciones en los tests cognitivos y a un menor volumen cerebral total.
Ejercicio y Salud mental
Según revela un estudio de la Universidad de Carolina del Sur (EE UU) hacer ejercicio regularmente aumenta el número de mitocondrias, las organelas encargadas de suministrar energía a las células, tanto en las células musculares como en las neuronas del cerebro. Eso implica que practicar deporte reduce el cansancio mental.
Para demostrarlo, los investigadores trabajaron con dos grupos de ratones, uno cuyos integrantes corrían sobre una rueda inclinada seis días a la semana durante una hora y un segundo grupo sedentario. Tras 8 semanas, los investigadores analizaron el tejido muscular y cerebral de todos los roedores. Así comprobaron que los ratones que se habían ejercitado a diario tenían más mitocondrias tanto en los músculos como en el cerebro. Además, habían aumentado su resistencia, de manera que si antes tardaban 74 minutos en sentir fatiga tras el ejercicio podían permanecer corriendo durante 126 minutos antes de cansarse. Según los investigadores, el cerebro se vuelva más resistente a la fatiga contribuyendo a aumentar el rendimiento físico. En otras palabras, el cuerpo y la mente se benefician y se cansan menos si practicamos ejercicio físico regularmente.