Recuerda un comunicado que esa comisión se formó en agosto 2012 y que reunió diez testimonios de vecinos que aseguran que la ex fábrica funcionó como centro clandestino de detención, tortura, fusilamiento y enterramiento de cuerpos, durante la última dictadura cívico-militar. “Con estos testimonios -dice el pronunciamiento- la Comisión Provincial por la Memoria pidió una medida cautelar de no innovar sobre el predio y la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata decidió que fuera por treinta días, extendiéndola luego por treinta días más. Sin embargo, el 22 de noviembre acotó la medida a un pequeño sector del predio, por lo que el 11 de diciembre la Comisión Provincial por la Memoria apeló el fallo y dos días más tarde un sobreviviente de Campomar se presentó como querellante en la causa. A mediados de enero de 2013 llegaron empleados municipales al predio de Campomar con máquinas excavadoras y palas mecánicas con las que removieron el lugar exacto en el que el 19 de octubre de 2012, el juez Leopoldo Schiffrin había realizado una inspección ocular y tomado testimonio judicial a tres vecinos del barrio, que acreditaron haber encontrado allí dos cráneos, entre 1980 y 1984. El 14 de febrero pasado, Gendarmería rastreó la zona con un radar. Ambos hechos sucedieron sin que conste si hubo una decisión judicial, pero lo cierto es que se concretaron sin la supervisión de la Cámara de Apelaciones o de algún otro
responsable de la Justicia. Tampoco se informó públicamente sobre los trabajos realizados y el resultado de los mismos. ¿Por qué se hace lo que se hace, y se lo hace en silencio? ¿Y el Equipo de Antropología Forense? ¿Estará esperando que Electroingeniería le avise si encuentra un esqueleto mientras excava? Porque esto es lo que vergonzosamente recomendó la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata , dando vía libre a la empresa para que demuela los dos edificios que quedan en pie en Campomar, para construir un barrio de torres. Esto fue frenado hasta hoy por la apelación presentada. El intendente Darío Díaz Pérez se califica a sí mismo como un militante por los Derechos Humanos de la primera hora. En diciembre pasado colocó una plaqueta en la comisaría 3ª de Valentín Alsina, recordando su funcionamiento como centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico-militar; pero apenas a tres cuadras de allí está Campomar y nada dijo al respecto. Semanas después y sin que la Justicia hubiera dictado sentencia alguna, se modificó el sector del predio que da a la calle Liniers, terreno capaz de brindar pruebas que certifiquen que allí se detenía, se torturaba, se fusilaba y se enterraban cuerpos. Como Comisión de Vecinos de Lanús por Memoria, Verdad y Justicia, no nos anima otro deseo más que el de que se investigue y se sepa la verdad de lo que pasó en Campomar en la noche más terrible de nuestra historia. Comisión de Vecinos de Lanús por Memoria, Verdad y Justicia”, termina el comunicado.
