martes, 20 de enero de 2015

Los políticos capitalistas promueven violencia e inseguridad

por Lisandro Martínez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

  Los candidatos del capital no pasan un archivo periodístico y en general tienen prontuarios policiales que desmienten sus promesas. Los prontuariados dicen tener la precisa para combatir inseguridad,  impunidad y narcotráfico. 
 ¿Qué credibilidad de proveer justicia y brindar seguridad tienen los candidatos que emplean delincuentes avezados y barrabravas? ¿Para qué diligencias políticas el FV/PJ, Frente Renovador y Pro, necesitan “culatas”, tiradores y sicarios? ¿Qué significa que La Cámpora, a través del viceministro de Justicia Julián Álvarez, promueva “el paracaidismo” de militantes en sectores claves de la Justicia?  
  Álvarez, sin ningún antecedente, entró por la ventana del Poder Judicial vía CFK y ha desplazado a Alak, otro trucho que presentó un testigo falso y uno de los tiradores de la masacre de Barracas donde –oficialistas- asesinaran a Mariano. 
  Álvarez “es el verdadero ministro de Justicia en las sombras; apenas asumió echó funcionarios de carrera y colocó su gente”. (Rizzo, presidente del Colegio de Abogados de CABA, La Nación 22/12/2013)
  Álvarez de La Cámpora es candidato a intendente de Lanús, pinta la consigna lopezreguista: “Argentina Potencia” y desde marzo (Olé 18/10/2014) se empeñó en copar la barrabrava de Lanús empleando a Matías Soto, “el Polaquito”, ya que “la barra de Lanús con Diego “Fanfi” Goncebatte (que hizo campaña por el Pro y el Frente Renovador) se negó a ponerse bajo sus órdenes.  El 10 de octubre ya se había producido un tiroteo donde Carlos Mollo “Repacha”, un capo de la barra que no quiso sumarse a Julián, fue herido de gravedad.
  Todos estos hechos han sido largamente denunciados por La Defensa.
El 23/12/2014 en Lanús este, desde dos autos balearon a “gente” de Goncebate.
  El 25/12 en Basabilbaso y Cabral asesinaron al “gallego Popeye” Fernández, un barra de Independiente, colaborador del “Fanfi” Goncebate. Hubo cuatro apresados pertenecientes al grupo disidente de Matías Soto: Para entender que detrás de esto está el viceministro de Justicia de la Nación Julián  Álvarez basta revisar que el abogado de los detenidos es Javier Raidán, defensor de La Fuente, Sierra y Robledo, ex Policías condenados por coautoría y encubrimiento en los asesinatos de Kostequi y Santillán. Raidán es un hombre de Álvarez quien en mayo le financió la campaña electoral para que llegara a ser Director Titular de “la Caja” de Previsión del Colegio de Abogados de Avellaneda.
   Gonzalo Sarmiento -a quien no conozco- escribió el 18/10/2014 en el correo de lectores online de Olé: “No hay que ser Platón, Aristóteles ni Demócrito, los políticos argentinos promueven la violencia, la droga y la impunidad”, refiriéndose al artículo de de Olé: “Acá no Grana nadie”, donde el periodista Gustavo Grabia denunciaba al Pro (Grindetti), al Frente Renovador (Russo/Massa) y al FV (viceministro de Justicia) por conchabar barrabravas del Club Lanús, autores de patoteadas e incluso crímenes en el distrito. 
  En Lanús, el periodismo en un 99% clama al cielo cuando los bárbaros organizados producen violencia y muertes. Pero no se ha pronunciado nunca contra los autores intelectuales de la barbarie: los Massa, los Russo, los Grindetti, los Álvarez y las cabezas de ésas y otras agrupaciones que por endebles políticas no pueden convencer a nadie sino es con la billetera o el terror. Por eso los jefes de campaña de los distintos candidatos “estiman que la campaña del próximo Presidente costará $100 millones” (www.informedigital.com.ar 2/11/2014).
  En tres décadas los “comunicadores sociales” de Lanús han denunciado muchos entuertos  pero ni los de Lanús ni los de otros puntos del país han impulsado el reclamo a los bloques del HCD y que se pronuncien por la expulsión de las patotas que alimentan dentro de sus partidos. Por el contrario, el 99% del periodismo lanusense (para tomar el caso de hoy) se destaca por hacerse el oso y tratar al punteraje político más descompuesto como si fueran demócratas probados; no importa que las salpicaduras de sangre y de restos de masa encefálica manchen la actividad partidaria y los narcos estén embanderados políticamente. Por eso “se ve normal” que desde Santa Fe, gobernada por “me cago en el socialismo”, el juez y el narco junto a sus consortes fueran al combate de box entre Maidana y Broner. 
  Nadie “come vidrios” y sabe que hay “pautas comprometidas”, pero no hay que ser Platón para entender que de la  asociación de un patotero y un fraudulento es lógico que las víctimas, los asesinados y estafados sean de la clase más vulnerable. Los periodistas de Lanús que son todos inteligentes saben que no hay nada que esperar del “programa” que Russo presentará en Marzo. Tener expectativas en promesas “gilipollas” es afrentar la inteligencia. Pro, FV/PJ y FR son los que aplican en el HCD el impuestazo contra la masa de vecinos y se abren camino a tiros para ganar la elección, hacerse del presupuesto e ir a la devaluación de la moneda y los salarios.
  Sorprende que saltando pus por todos lados algunos periodistas se hagan los otarios.
  Edmund Burke, un hombre del siglo XVIII, señaló que la prensa en los años previos a la Revolución francesa se había constituido en “el Cuarto poder del Estado” cumpliendo un rol extraordinario de denuncias del régimen. Si en el Siglo XXI el periodista se dedica a reflejar la opinión del status quo y no a generar una corriente de opinión superadora está ganado por la vida en las cloacas. 
  La podredumbre corroe la cabeza del poder; el 3/10/2014 fue detenido Roberto Gordillo por crímenes de lesa humanidad, vinculado desde 1975 a  Milani y Alak. Gordillo reclutó a Gerardo Martínez al Batallón 601para hacer desaparecer a la oposición sindical. El juez Lijo absolvió a Martínez pero Martínez como buchón envió a la desaparición a más de un activista obrero. Scioli entiende que esa burocracia sindical es clave para mantener “la paz social” y tiene alineado al Pata Medina (UOCRA) quien ya mostró su poder de fuego en la quinta de San Vicente.
  Hay una salida: poner a funcionar el control obrero y vecinal que vete toda posibilidad de acciones delictivas organizadas desde las cúpulas del poder político. Hay una  responsabilidad política de esclarecer al pueblo de a pie sobre quienes son los organizadores de la inseguridad, el narcotráfico y la violencia. En esa dirección está el Partido Obrero.
     (*) Del PO