martes, 23 de julio de 2019

La palabra permanencia

por Marcelo Calvente


marcelocalvente@gmail.com

Lanús jugó su primer partido oficial del ciclo 2019/20 por 32ª de final de la Copa Argentina con una anticipación de siete días respecto a su debut en la Superliga, que será el próximo sábado en La Fortaleza ante Gimnasia y Esgrima La Plata, rival directo por la permanencia, que al menos en el arranque, y pese a que Lanús jugará también la Copa Sudamericana, aparece como el principal objetivo a cumplir por el plantel que conduce Luis Zubeldía. En cancha de Arsenal, y después de haber sido levemente superior a su rival -Independiente Rivadavia de Mendoza, reciente semifinalista del Nacional B- consiguió la victoria en la última pelota del tiempo adicionado por medio de Marcelino Moreno, el mejor del ataque Granate, Lanús clasificó para disputar por los 16º de final ante el ganador del choque entre San Martín de Tucumán y Argentinos, en fecha a confirmar.
   Por lo exhibido en el juego, el análisis no hubiese sido muy diferente si a tono con los tiempos y con la esencia maldita e inexplicable de ésta modalidad de competencia, La Lepra superaba a Lanús con una contra letal, o bien desde los doce pasos, de no haber llegado el gol Granate en la jugada de cierre. Había sido superior, sobre todo por lo demostrado en el complemento, cuando dominó a voluntad, y el arquero Aracena

con tres o cuatro buenas atajadas estaba a punto de lograr el pasaje a la definición desde los 12 pasos, donde las sorpresas suelen suceder cada vez más a menudo. Después de sus varias buenas atajadas, desde el punto del penal su figura iba a verse enorme.
   Se presentaron oficialmente el arquero Rossi, de correcta actuación, el zaguero Muñoz y el juvenil Luciano Valenti, segundo marcador central surgido de la cantera, completando la línea defensiva Carrasco y Pasquini. También se hacía cargo de la izquierda de la línea de volantes el juvenil Lucas Vera, de muy buena actuación, con la presencia de Guillermo Acosta por derecha en lugar de Belmonte y los tres de arriba, los indiscutibles Acosta y Sand, con Marcelino Moreno completando el ataque. En el complemento ingresó Nicolás Orsini, delantero que ascendió con Sarmiento de Junín, en tanto esperan su mejor forma el lateral Luciano Abecasis y el media punta Carlos Auzqui. Como la gran mayoría de los clubes del ámbito local, Lanús consiguió algunos refuerzos que pueden sumar, pero muy lejos estuvo de los nombres rutilantes y las  contrataciones sorprendentes.
    Muy pronto se advirtió la seguridad de Rossi, la presencia de Muñoz y la buena tarea del pibe Valenti, quien sin embargo no lograba pasar la pelota con criterio cuando salía del fondo. Tras quince minutos de estudio y errores mutuos, Lanús se paró en campo contrario pero sin poder conectar en los metros finales. Las fallas en la entrega de Valenti complicaron el juego de Lanús, y es un defecto que tiene que superar si quiere ser titular, ya que al hombre que sale libre del fondo lo elige siempre el rival, que lo libera de marca. Ese error particular y la falta de profundidad de Lanús animó a La Lepra a disputar más arriba, y entre los 30’ y el final de la primera etapa el partido se volvió a emparejar, aunque las diferencias de nivel se evidenciaban con la mayor tenencia del equipo de Zubeldía, que por momentos se estiraba demasiado y le permitía a su oponente disponer más de pelota y espacio. Cuando la tenían Quigñon, Vera y Marcelino el equipo se acortaba, y pese a la floja actuación del Bebe Acosta, poco participativo y demasiado distante de su marca, el Grana era algo más profundo.  
   Desde el arranque del complemento, Lanús tomó las riendas. Independiente se vio superado, y se advertía que el trámite empezaba a costarle. La apuesta conservadora de dejar que corran los minutos fue la única opción de Theiler, mientras los de Luis acentuaban la tenencia pero no la puntería. En el tercio final de la etapa, tanto Valenti como el Laucha, Orsini y Quignon, de cabeza, estuvieron a punto de conseguir la ventaja, pero los minutos pasaban y el destino incierto de los 12 pasos se acercaba. Con algo de fortuna y la venia de Abal para tirar el corner final con el adicional cumplido, llegó el gol del mejor de la cancha, Marcelino Moreno, empalmando con el empeine zurdo el envío a media altura de Vera y superando al hasta ahí invencible Aracena. La falta de reservas físicas del equipo mendocino y la buena estrella del Grana en el final fueron las claves de un partido que bien pudo haberse complicado, como suele ocurrir en este tipo de competencia, pero que se ganó con justicia y eso permite pensar en el próximo sábado ante el Lobo platense en Cabrero y Guidi con moderado optimismo, sabiendo que la cosecha de puntos será la clave para recuperar el protagonismo entre los de arriba, y lo más importante, que al llegar a junio de 2020 dejemos de pronunciar de una vez por todas la palabra permanencia.