Aunque parezca mentira los cuatro chorros que viajaban en este automóvil, sólo salieron con raspaduras y algunas contusiones después de tremendo choque y vuelco. Pero no se salvaron de caer en manos de la policía que los venía persiguiendo. El final de la persecución que había comenzado a la altura del cementerio de Lanús, fue cuando los bandidos chocaron el auto robado contra tres postes de luz, arrancándolos de cuajo en Albariños y De la Peña, en Monte Chingolo. Los delincuentes trataron de continuar la fuga a pié pero cayeron en manos dela ley.
