martes, 14 de enero de 2020

Los dos papas: Un film sobre “los proxenetas de la moral”

por Lisandro Martínez*

La saga de El Padrino I, II y III de Coppola trató como nadie la relación social de la cúpula religiosa y la mafia. El devenir Vaticano compuso un gobierno de conspiración y de espaldas a los intereses de la mayoría asumiendo –sin que nadie lo pida- ser la aguja de la balanza en asuntos de la moral. Es muy instructivo el episodio del blanqueo de los negocios turbios de Corleone por el Vaticano, concedidos al delincuente a cambio de donaciones al clero. Es relevante el trato de la cúpula eclesiástica ante la llegada de un “distinto” al sillón de Pedro y como la inadaptación del recién llegado obliga a los conspiradores a envenenar al papa Juan Pablo. Esas tres obras de ficción calaron hondo en la percepción popular pues se basaban en hechos reales. Los dos papas de Neflix, por el contrario se trata de una fábula tejida sobre hechos imaginarios para disimular vicios y defectos de los dos prelados.
Los dos Papas se incorporó al pelotón de los posibles premiados. Esta obra, carente de valores, sólo se explica por el gran manijazo publicitario montado en un millonario presupuesto que fue el que colocó en las gateras del gran premio, a una comedia que trata sobre dos defensores del más brutal dogma religioso que plantea lapidar al que piense distinto. Un dato fue que entre los productores de la película está un empresario K de la industria farmacéutica involucrado en el tráfico de efedrina.
     El film tiene como función echarle al cristianismo un baldazo de agua a la sangre que le chorrea hace siglos. En la última guerra mundial bendijo al nazismo, más tarde hizo lo mismo con las bombas lanzadas sobre Hirosima  y Nagasaky y en los últimos 40 años apoyó al conjunto de las dictaduras genocidas de América Latina.
   El guión de film encargado a Netflix, presenta a dos ancianos de distinto carácter, uno
conservador y otro “progresista” y así instala una relación entre un gruñón y otro que juega de simpático respondón. El film no destaca en ninguna de sus instancias que ambos son parte de la jefatura de una organización internacional siniestra que intenta todo el tiempo que la civilización retroceda al siglo XI.
    Se pretende presentar el nudo argumental como si el problema fueran los modos de cada uno de los papas. En verdad lo que está en cuestionamiento -en el periodo que toma el guión del film- es que la podredumbre instalada en el Vaticano estalló por las denuncias de un mayordomo al periodista italiano Gian Luigi Nuzzi en 2012. Esto es anterior al encuentro de los “viejitos” del film. El papa Ratzinger en diciembre de 2012 recibió un “informe de los grupos de presión” y pidió reunirse con una comisión de cardenales para establecer una estrategia de salida para disolver las denuncias del escándalo financiero y el chantaje a prelados homosexuales.
El papa Benedicto XVI renunció el 28 de febrero de 2013.
Los cardenales electorales al Cónclave en 2013, dieron a conocer el expediente al sucesor de Benedicto.
El 12/6/2013 se informó sobre la filtración de conversaciones entre el papa Francisco y funcionarios católicos en la Conferencia Latinoamericana de Religiosos confirmando una "corriente de corrupción" y la existencia de "El Lobby gay'”. The Economist lo confirmó: "Investigadores del Vaticano identificaron una red de prelados homosexuales" (www.economist.com/…/21582553-pope-wows-brazil-battlesand-tr…).
   La filtración de los Vaticano leaks hicieron volar por los aires la hipocresía y la perfidia del clero. La denuncia de Paolo Gabriele al periodismo destacaba: Negocios inmobiliarios de la “Santa” Sede, sobornos a los curas homosexuales y la red de protección que la alta jerarquía brindaba –y brinda- a los curas pedófilos que si son descubiertos violando niños son trasladados a otros destinos para preservarlos.
   El papa Francisco fue el emergente de la crisis de “los papeles del Vaticano” ya que había que destinar al trono a alguien de probada fidelidad frente a los intereses oscuros en juego. El fulano debía parecer ser… y actuar como si… pero que en verdad era quien venía a recomponer el prestigio bajo la mascarada de su “progresismo”. Este resultó ser Bergoglio, “el bonachón”, que no es tal como lo pinta la superproducción sino un “cuervo” y no por ser precisamente hincha de San Lorenzo.
    Con el recurso del flashbacks, el film muestra cuando era superior de la Compañía de Jesús y la polémica por la desaparición por los milicos de los sacerdotes villeros a su cargo y que debía proteger. El film intenta justificar la entrega de los curitas en el cuadro de una supuesta cobardía pasajera de Bergoglio, desmintiendo su historia alimentada a diario con posturas de apoyo a los desaparecedores.
“Para que sigan rezando”, el papa les envió más de 50 rosarios a militares detenidos por delitos de lesa humanidad.
En diciembre de 2004 Bergoglio era el jefe de la Iglesia Católica Argentina y emprendió una violenta campaña contra una exposición de arte de León Ferrari calificándola de “blasfema”, convocando al Centro Cultural Recolecta a los rezadores de rosarios para repudiar la muestra.
   Una patota instigada por Bergoglio ingresó al Centro Cultural el 4/12/2004 al grito de “Viva Cristo Rey, carajo” con botellas de vidrio rotas, hirió a una mujer y destrozó parte de la obra. Tres de los bárbaros organizados por Bergoglio fueron detenidos y procesados por los desmanes producidos. “José María Soaje Pinto que representó a los detenidos, es abogado abonado a la ultraderecha. Defendió, entre otros, al coronel (R) Mohamed Alí Seineldín, al ex criminal nazi Walter Kutschsmann” (www.pagina12, 6/12/2004).
Ofendiendo a la verdad histórica, el film de propaganda religiosa Los dos Papas intenta presentar a dos jefes de la institución misógina por excelencia, abortista clandestina por elección, que odia a la ciencia y a la inteligencia humana, elogia a la esclavitud, protege a los pedófilos, desprecia a la vida y rinde culto a la muerte, como dos abuelitos amorosos.
Pasados muchos años sigue intacta la iniciativa de León Ferrari: “Echaré un cucharón de sangre en la pila de agua bendita que mojó los dedos de Videla en la Catedral y en las de las 110 capillas donde capellanes confortaban a oficiales arrodillados en confesionarios, para marcarlos en la frente y en el pecho al persignarse con cuatro manchas rojas, a quienes asistían a los suplicios de la ESMA…”
Nosotros y las generaciones futuras la instrumentaremos.

   (*) Del Partido Obrero Tendencia