jueves, 26 de diciembre de 2019

Frente de Todos local: ¡Mirá lo que quedó!

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com  
  
No es bueno tratar de tapar o distorsionar la realidad. Las cosas son como son y deben ser presentadas tal como ocurren. Ni que hablar desde lo periodístico, si es que uno pretende ser una persona confiable. En temas relativos a la política, teniendo en cuenta que la política siempre tiene que ver con la gente y sus necesidades, la verdad es imprescindible. Aunque algún compañero, amigo o funcionario decida enojarse. Vayamos al grano: La derrota electoral del peronismo en Lanús fue traumática. Fuimos perdedores en una región de ganadores cómodos: Ferraresi en Avellaneda, Insaurralde en Lomas de Zamora, Grey en Esteban Echeverría. Caímos estando acoplados en una boleta en que Axel Kicillof obtuvo un holgado triunfo por casi 17 puntos sobre María Eugenia Vidal. En alguno de aquellos viejos boliches lanusenses donde se jugaba a los naipes habrían dicho: “Perdieron con todas las cartas” que traducido quería decir: “Perdieron por chambones”. Nos ganaron en el territorio de la política y en el de la picardía que, en definitiva, también es política. Esta derrota dejó mucha bronca en la militancia de base. ¡Hay que escuchar lo que dicen las compañeras y compañeros que durante la campaña patearon las calles y tocaron puertas en los barrios! Asimismo la hocicada puso al desnudo cierto grado de desconcierto, confusión, atolondramiento y falta de honestidad en determinados personajes de nuestra dirigencia. Para ver con claridad nuestras propias miserias basta recorrer las publicaciones de la prensa local, echar una mirada a los comunicados de prensa de los diferentes grupos que integran el Frente de Todos, prestar atención a las declaraciones y el comportamiento de algunos que habiendo sido protagonistas con un perfil alto terminaron desertando, después del resultado adverso, demostrando su escaso amor por Lanús y una falta de respeto enorme hacia quienes los votaron. Las palabras “traidor” y “traidores” con todo su peso y
sabiendo lo  que significan dentro del peronismo, circulan como moneda corriente en los mentideros peronistas y fueron lanzadas a voz en cuello ni bien concluidos los comicios contra destinatarios concretos. En el Concejo Deliberante los concejales elegidos en la misma boleta del Frente de Todos votaron de distinta manera en una sesión donde se resolvió nada menos que la presidencia del cuerpo. Lamentable. Vergonzoso. El pasado, reciente o lejano es inmodificable. Entonces: ¿A  partir de ahora qué? ¿Olvidamos nuestra historia? ¿Renunciamos a la lucha por la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica? ¿O nos dedicamos a acompañar  como corresponde los gobiernos de Alberto, Cristina, Axel y Verónica esforzándonos en la reconstrucción del peronismo lanusense como expresión  política al servicio de lo nacional y popular? Si asumimos, como debe ser, esta última opción, lo primero que hay que tener en cuenta y asegurar es con quienes lo haremos, con qué ideas y cómo garantizaremos el cumplimiento de los compromisos militantes. Será muy difícil construir desde el fracaso y aquí en Lanús fracasamos. El Frente de Todos local, a diferencia de lo que ocurre en otras comarcas, carece de conducción y en su interior todo el mundo se mira de reojo, hay serios cuestionamientos, nadie ha propuesto líneas de acción para el conjunto ni presentado un plan que contemple el rol de oposición que el Frente debe jugar en forma sostenida frente a quienes nos vencieron. En Lanús el Frente de Todos fue un dispositivo electoral que sirvió para juntarnos y eso lo saludamos ilusionados cuando fue constituido. Pero fue una creación sujetada con alfileres pues, pruebas al canto, estalló muy poco después de las elecciones. Si alguien considera que nuestras afirmaciones no son correctas ayudaría que nos diga quien o quienes conducen este espacio y quien o quienes tienen la posibilidad y voluntad de cumplir con tareas políticas pensadas para que tome y ejecute el activo militante. El Frente de Todos de Lanús, a nuestro juicio, se halla en plena crisis política y moral .¿O no está en crisis una organización cuando sus dos principales referentes electorales, el candidato a intendente y el candidato a primer concejal se mudan a otros campamentos inmediatamente después de haber perdido la elección?
Además no se nos deben escapar algunas cuestiones básicas. No es correcto ceder a la tentación de  visitar –aún con las mejores intenciones- los despachos del gobierno municipal, porque hacerlo es como ir con una hemorragia a la casa de Drácula. No es en la oficina del intendente donde, como oposición, se obtendrán los beneficios que como peronistas pretendemos para nuestro pueblo. Si fuese necesario un diálogo democrático entre oficialismo y oposición la decisión debería surgir del conjunto y no de cada quien, como parcialidad.  Si sectores de lo que se dice oposición, individualmente, adornan con su presencia los despachos oficiales, corren el riesgo de  aparecer frente a los ojos de la opinión pública como socios menores de Juntos por el Cambio. Otra pifiada: Algunos de nuestros candidatos, en discursos de campaña dijeron equivocadamente: “Grindetti es Macri”. Error.  Grindetti no es Macri. El actual intendente, es  una de las primerísimas espadas del macrismo que con perseverancia ha sabido confeccionar y liderar un armado político de suma importancia en nuestro distrito. Recientemente nos derrotó porque halló la forma de llegar a la mayoría de los vecinos y convencerlos. También porque le sobró la habilidad que faltó a quienes condujeron nuestra campaña. No es un secreto que incorporó a su fuerza a caracterizados dirigentes peronistas y esa es una tarea en la cual persistirá con tal de debilitar al peronismo y trasladar su coloratura a Juntos por el Cambio. El poder da posibilidades de abrir puertas y sabemos de sobra que, aquí en Lanús, abundan quienes están dispuestos a meterse aunque sea por las hendijas con tal de lograr un cargo o un momento de protagonismo. De manera que calentar sillas en el despacho de Grindetti por expresiones que se presentan ante los vecinos como “oposición” no significa otra cosa  que un aporte al oficialismo siempre dispuesto a quedarse “con el pan y con la torta”.
¿Qué hacer?
 A pesar de todo en nuestro haber contamos con un capital nada despreciable. Nos queda una base militante sacrificada, honesta y profundamente peronista por vocación y por historia. Nos queda el Partido Justicialista que sí tiene conducción, que debemos proteger de los embates de los enemigos de adentro y de afuera, y hacerlo funcionar disciplinadamente. Sabemos que a veinte años de entrado el siglo XXI tal vez no sea posible recuperar la mística peronista de los viejos tiempos. Pero habrá una forma de enamorar,  entusiasmar y fortalecer éticamente al peronismo lanusense, dejar a un costado del camino a los especuladores y oportunistas de todo pelaje para volver a ser la fuerza política respetable, creadora y poderosa capaz de garantizar un gobierno municipal en sintonía con los elevados principios del justicialismo.

   (*) De Iniciativa Socialista